Por Juan Tomás Valenzuela
Sin llenar expectativas,
ayer habló el presidente
y aunque fue algo más coherente,
mi alma no quedó cautiva.
Queriendo amarrar la chiva
en torno a su última entrega,
es obvio que le dió brega
el hilvanar las ideas,
pá no quedar en las feas
frente a todos sus colegas.
Con el rostro compungido
como el trasero de un mono,
Danilo, habló con encono
(aunque un poco más fluido)
de este desastre ocurrido
de dimensiones globales.
Y aunque todos sus rivales
tuvieron mejor discurso,
él le echó mano a recursos
que no eran tan radicales.
Repartió de forma enfática
a sus correligionarios
el dinero que el erario,
de acuerdo a sus matemáticas,
busca en forma sistemática
mediante el pago de impuestos.
Pero este va a estar dispuesto
en forma de caridad,
del plan Solidaridad,
aunque se joda tó el resto.
Creí que iba a hablar del Penco
y el proceso electoral,
pero optó no mencionar
a este corrupto mostrenco,
que anda drogui, haciendo cuentos
de un rescate fascinante,
en que un grupo de estudiantes
varados en Varadero,
fletán un avión entero,
de este noble rocinante.
De 1,500 pesitos,
va a subir a 5 mil,
la ayuda que este candíl
le dá a los compañeritos.
Pero aquel que no esté inscrito
en este cruel plan de ayuda,
rápidamente que acuda
al Comité más cercano,
si no, va a gritar en vano
cuando el virus lo sacuda.
Las pruebas serán gratuitas
para los envejecientes,
(si van con un dirigente,
o alguna compañerita)
Pero si usted no gravita
en el entorno morado,
ni buscando un abogado
va a ver esos beneficios,
porque según los indicios,
eso va a ser controlado.
Juan de los Palotes
26 marzo 2020